Recuerdo cuando estabamos hechos del mismo papel, cortados por las mismas tijeras negras, descontroladas, frenéticas, voraces, imparables, tijeras que nos estigmatizáron, nos hicieron malditos y benditos a la vez.
Cuando solo se necesitaba una mirada y menos todavía, para mascullar y entender las ideas del otro. Cuando mis manos eran más y mis brazos más fuertes que nunca, más largos que un "siempre", más duros que ahora.
Invocabamos, imparables a todos los demonios y todos los angeles al unísono. Cancelabamos los hechizos del otro con solo una palabra...... Ahora, ahora...no recuerdo esa palabra. Mi memoria me juega siempre bromas y algunas, como ésta, se tornan colores intangibles, postales indecisas, gigantes temerosos.
Recuerdo que caminábamos, (no...) marchábamos al mismo ritmo, sin calma, siempre comiendo gente con la mirada, con los hombros. Sin necesidad de una palabra, con miles de lagrimas atrapadas, (je...) insensatas gotitas de vida que querían escapar de su encierro, sepan que nunca pudieron hacerlo sin permiso nuestro.
Me acuerdo, que la vida era siempre una mentira, que lo nuestro no era vivir, que existiamos separados del resto de la inmunda humanidad...... Ahora veo que el tiempo nos premió inmisericordemente con demasiada vida entre nuestras manos, vida que se resbala y que se desliza por nuestra piel como si no se nos fuera a acabar nunca, como burlandose de nuestras ideas absurdas, de nuestra locura infantil, de nuestro imperio de ridiculeces.
Recuerdo y no estoy seguro de hacerlo de forma completa, pero al fin y al cabo, yo siempre recuerdo de forma incompleta..... Recuerdo, decía, que sangramos para el otro, o mas bien juramos para el otro que nunca necesitamos más,....nunca necesitamos más???. Dime, realmente, nunca necesitamos más???
P.D. Ni en mi peor locura escribiría así para una mujer, por lo tanto esto no es ni por, ni para una mujer.